El pasado jueves 1° de mayo la vecina de Vedia Lucía Gómez vda. de Coriani sobrepasó feliz el siglo de vida, dado que ¡nació en 1923! Por tal significativa fecha recibió el reconocimiento y afecto de familiares, amigos y vecinos, con algunos de los cuales comparte más de 70 años de convivencia en el barrio. El festejo con los más cercanos, como no podía ser de otra manera, se realizó en el marco de un ámbito claro y cargado de emoción.
La Voz dialogó con doña Lucía que amablemente y con total lucidez se prestó para contar sus sensaciones y desgranar distintos
momentos de su vida.
– A modo de presentación, hábleme de su familia natal…
– Nací acá en Vedia, hija de padres llegados de España los dos, y tuve dos hijos con mi marido Gómez, Soledad y José (ya fallecido). Tuve de hermanos a Pilar, Angela, Josefa, José, Baldomero, Antonio, Manolo y Edmundo.
– ¿Fue a la Escuela? ¿Qué recuerdos tiene de aquellos tiempos?
– Sí, concurrí a la Escuela N° 2 donde llegué hasta 4° Grado nomás… eran tiempos difíciles. Me acuerdo de la docente Julia Acosta… la directora era María Esther Adaglio (la mamá de Edgardo “Coco” Traverso, recordado odontólogo, ex vecino vediense), como compañeros a Blanca Damiano y “Chela” Gallardo (la mamá de Alicia Val)… Después me fui con mi hermana Pilar a Buenos Aires, donde estuve 2 ó 3 años allá, hasta que me vine a El Dorado que vivía mi mamá (mi padre había fallecido), donde me casé con César Coriani. Todavía no tenía 15 años, me faltaban algunos meses para cumplir recién los 15…
– ¡Y ya se casó!
– Sí, sí, y enseguida tuve mis dos hijos apenas separados por 14 meses…
En El Dorado viví hasta los 18 (que Soledad tenía 1 año y medio, y el varón José casi 3 años), cuando nos vinimos a Vedia en que César siguió con los ladrillos sobre un terreno de 4 Has. por donde actualmente está la Planta de ABSA, hoy acceso 9 de Julio.
– ¿Y en El Dorado a qué se dedicaban?
– Mi marido era el dueño de una fábrica de ladrillos y yo de ama de casa.
También trabajé mucho después, por ejemplo fui vendedora de Avón por más de 30 años.
– Me imagino que en aquellos años casi no habría autos…
– Sí, claro, muy pocos, eran contados como los Ford A y los Ford T por ejemplo. Y entre los que tenían me acuerdo de Charras Gache, Pioli… y alguno más. Me acuerdo que nosotros teníamos para movilizarnos una Americana muy linda, de dos asientos (adelante y atrás), era como un sulky doble, tirada por dos caballos…
– Pienso en cómo le debe asombrar el cambio que tuvo Vedia y el mundo entero en más de 100 años…
– Mirá, por suerte yo en aquella época estaba en una posición de regular para arriba, ahora se vive mejor, hoy no hay la miseria que había en aquellos años (sobre todo el año 1930 cuando fue la famosa crisis)… bueno, cuando murió mi papá cuidé a mis hermanos…
– ¿Cómo es un día suyo?
– Tengo mis nanas pero por ahora me arreglo. Soledad viene a cada rato, me hace los mandados… una señora viene una vez por semana dos horas para limpieza pero después todos los días voy despacito repasando… Lavo mi ropa, hago mis cosas, empiezo a preparar la comida y cuando llega Soledad le da el último toque, principalmente a un guisito o un puchero.
En el día miro televisión, sólo los informativos para estar actualizada con lo que pasa porque no escucho muy bien.
– Para ir cerrando Lucía ¿qué siente haber cumplido 102 años?
– Que se yo, tranquila querido, feliz porque tuve un lindo cumpleaños junto a toda mi familia, los años bien o mal los he vivido (risas).
Un brindis deseándole lo mejor desde La Voz.