Carlos FerrarisDestacadaIslas MalvinasJunínla voz de vedialaguna de gomez
volvio a subir el agua

recuperando su nivel la laguna de gomez

A través de imágenes obtenidas por Democracia se puede ver el importante incremento que ya cubre la extensión de la Laguna y alcanza los escalones del espigón. Días atrás, un velero volvió a navegar las aguas, y de a poco se retoman las actividades acuáticas.
Las lluvias de los últimos meses aportaron al caudal de agua de la Laguna de Gómez que continúa en su camino de recuperación, luego de la crítica situación de sequía que comenzó en 2020.
Cabe recordar que el proceso no solo requiere del agua que caiga en la zona, sino que es parte del funcionamiento de toda la cuenca del Salado y su influencia en la laguna.
A través de las imágenes obtenidas por Democracia se puede ver el importante incremento de agua que ya cubre la extensión de la Laguna y que incluso alcanza ya los escalones del espigón.
Incluso, días atrás, un velero volvió a navegar las aguas, al igual que lanchas y de a poco se retoman las actividades acuáticas.
Recuperación
Recientemente, en diálogo con este medio, el ingeniero hidráulico, Marcelo Rastelli, quien se desempeñara como director técnico en la Dirección Provincial de Hidráulica, se refirió a la situación de la laguna de Junín y el proceso de recuperación.
Asimismo, explicó sobre la relevancia de las precipitaciones, pero también sobre los niveles de agua subterránea.
La laguna de Gómez es parte de un sistema que, según Rastelli, “es esencialmente un paso de agua del río Salado en su naciente, por lo cual su fuente de alimentación superficial es la cuenca del río Salado”.
Así, la laguna es receptora de una cuenca “que nace con las nacientes propias del río Salado, y en este caso en particular, además está afectado por las obras que se han hecho para el plan Maestro del Río Salado, lo que se denomina sus cuencas anexadas”, indicó, refiriéndose a la Cañada de las Horquetas, una canalización de varios bañados, en la franja norte de la Provincia hasta la Laguna Mar Chiquita, donde está el cauce del río hasta la Laguna de Gómez.
Rastelli señaló en dicha oportunidad que la alimentación de agua de las lagunas responde a la lógica de lo que se conoce como “el ciclo del agua”, y detalló “aquel que se forma desde la atmósfera por eventos de precipitación y esas aguas esencialmente pueden acumularse en superficie, escurrir superficialmente, infiltrarse en el suelo y llegar a los niveles de agua subterránea -napas-, y además volver a la atmósfera a través de la evapotranspiración, que es la evaporación combinada, tanto desde la superficie de contacto con el aire, como son las lagunas, como de los vegetales, que son la principal fuente de evaporación”.

Desde las napas
El ingeniero explicó que, para la recuperación, es clave la “recarga” de agua en las napas subterráneas, es decir, el nivel freático. Además de medir las lluvias acumuladas y evaluar la evapotranspiración, en función de la época del año, se debe observar la situación de los niveles freáticos -aguas subterráneas-.
El ingeniero detalló que “cuando hay eventos muy ricos de lluvia, lo que suele suceder es que se cargan las napas, los niveles de aguas freáticas, aguas subterráneas, que ascienden hacia la superficie. Y lo que aflora en la laguna, que tiene un crecimiento importante, que es natural, en realidad es la presencia de aguas subterráneas”.
Claro que, cuando hay abundancia de aguas subterráneas, también hay abundancia de aguas por la superficie, pero “el principal aportante que recarga las lagunas son los niveles de agua freática”, advirtió.

Lluvia en cantidad y extensión
Desde el año pasado, cuando se dieron una serie de precipitaciones sostenidas había comenzado a notarse el beneficio para la Laguna de Gómez.
De hecho, a principio de diciembre del año pasado había 860 milímetros acumulados en el distrito que favorecieron que recuperara buena parte de su caudal.
Si bien es cierto que aún resta tiempo para que alcance un nivel óptimo, atrás queda la sequía sufrida y que causó estragos durante cuatro años a Junín y la Región, transformando a la laguna en un gran desierto.
La bajante del agua se había iniciado en diciembre del 2020 y se fue pronunciando cada vez más en el contexto provocada por La Niña; incluso, entre septiembre y octubre de 2023, en algunos sectores hizo que se pudiera cruzar caminando de costa a costa.
Pero el beneficio concreto para la laguna se dio por el ingreso de agua en la cuenca superior del Salado, donde están los afluentes de la laguna de Gómez. Cabe destacar que el último período fuerte de lluvias fue en 2017 y luego comenzó el proceso de sequía.
En los últimos meses, las lluvias aportaron agua que se almacenó en el suelo, y luego al llover en toda la Cuenca del Salado y Cañada de las Horquetas, se comenzó a alimentar el agua de superficie a las lagunas.
Esto es importante porque cuando las lluvias son solo locales, resultan insuficientes para tener el impacto necesario.

Sequía histórica
Las lagunas de Junín sufrieron lo que se consideró la mayor sequía de los últimos 60 o 70 años. En dicho período no se alcanzó ni la mitad de la media anual.
Si bien entre el año 1947 y el 1951 se registró una sequía, al igual que en 1963, en 1985, 1986 e incluso en 2009, aseguran que ninguna fue tan grave como la del último tiempo.

LocalesRegionales
Foto:democracia junin
Seguir Leyendo:
Locales‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Regionales
LO MÁS DESTACADO
keyboard_arrow_up