En diálogo con La Voz Semanal nos dejó sus sensaciones sobre este proyecto.

– ¿Cómo vienen las clases?

– Las clases las dicto en dos horarios: uno infantil los días lunes (a las 18.30) y otro libre, esencialmente jóvenes y adultos, los días jueves (a las 14.00).

Los adultos están bastante enganchados… hace tres o cuatro meses que estamos trabajando. Se han emparejado los niveles y se está armando un grupo muy lindo.

– Me imagino para todos los niveles…

– Cubro desde nivel inicial a avanzado. Estamos hablando de primeras nociones de juego, las aperturas, cuestiones tácticas, repasamos y analizamos aperturas bastante clásicas, algunos ataques… Básicamente insisto para que la gente disfrute del juego. El ajedrez es como una suerte de meditación, porque cuando comenzás a jugar se te va el tiempo que al final la gente se sorprende, es un juego que despeja y los minutos parece que no pero se van volando.

– Es un emprendimiento privado ¿no?

– Es un proyecto propio que arranqué acá en el Club Alumni pero podría ser en otro lugar…

Sabía jugar desde chico y plena pandemia por la computadora jugué horas completas. Me di cuenta por las estadísticas que tenía un cierto nivel de juego y que podía dar clases. Bueno, acá estoy. Hace tres años que me vine a Vedia, primero hice Asistencias Técnicas y ahora me largué solo.

– ¿La gente tiene que llevarse su propio tablero?

– Yo tengo algunos, pero quien desee llevar el suyo no hay problemas. Las clases tienen costo pero el que no pueda pagar igual es bienvenido, porque mi objetivo es fomentar el juego más que sacar un ingreso. Las clases tienen una duración de dos horas y quien desee sumarse que se acerque al club nomás.