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ARMANI VOLVIO A SALVAR A RIVER

EMPATE EN JUNIN, SARMIENTO FUE MAS QUE RIVER

Mientras River sostenga su patológica inconstancia le resultará cada vez más difícil a Marcelo Gallardo pedirles paciencia a los hinchas, o convencerlos de que este carreteo en algún momento dará paso al despegue.
Sarmiento puso en evidencia esa dificultad que distingue al modelo 2025 de River -una que no se resiente pese a las eventuales rotaciones. Esa misma dualidad que incluso el propio Gallardo reconoció en Lima tuvo su correlato (cuando no, recrudeció) en Junín.
El equipo de MG -incluso con siete retoques para dosificar las cargas en el fragor de la competencia- se mostró incisivo y con cierto nivel de flujo y movilidad desde las conexiones de Kevin Castaño y Franco Mastantuono. Aunque eso se extendió hasta que Miguel Ángel Borja marcó el gol: a partir de ahí, a River lo caracterizó una mezcla de baja tonicidad con desatenciones no forzadas en posiciones con bajo margen de error. Y también un declive en la lucidez, en la voracidad y en la movilidad para desmantelar la ingeniería táctica de Sarmiento.

Que Franco Armani continúe siendo el único regular de este River binario es toda una señal: si los daños no han sido mayores en una temporada demasiado sinuosa es porque el arquero sigue maquillando los problemas de fondo del equipo con atajadas imposibles, siendo la mejor de anoche a Pablo Magnín, con un manotazo épico en modo 2018 que evitó el 1-2.
Sarmiento fue superior a River. No tuvo la pelota, es cierto, pero tampoco la necesitó para imponer las condiciones. Para manejar el trámite. Para entender que por la banda izquierda de la defensa rival había espacios (Casco estuvo extrañamente errático hasta en lo posicional). Y que el pack de centrales tampoco lucía sólido: el pelotazo frontal de Insaurralde que derivó en un control y giro de Leandro Suhr en el borde del área -rodeado por los tres puntos más bajos del fondo de River- fue un síntoma de ello.
La inteligencia para consolidar su bloque y reducir las probabilidades de fallar que tuvo Sarmiento contrastó con la ingenuidad de un rival que se equivocó en decisiones conceptuales, como el foul en el perímetro del área que derivó en el empate de Insaurralde.
River no entendió cómo dañar a su adversario pero falló también en el cómo. Los cambios (Matías Rojas, Maxi Meza, Facundo Colidio) no generaron más que insinuaciones (y apenas un remate de Sebastián Driussi que atajó Lucas Acosta).
Muy poco para un equipo conformado para alcanzar una regularidad en su estándar de juego. Una vara que no sólo no está pudiendo saltar, sino que ni siquiera alcanza a rozar.
Y es por eso que cromáticamente hablando está verde. Dependiente de lo que Armani sea capaz de hacer para evitarle mayores problemas. Alejado del gol. Y de un rendimiento que refuerce la paciencia.
River no pudo imponer su juego en Junín y estuvo cerca de irse con las manos vacías.

DeportesNacionales

https://www.ole.com.ar/river-plate/1-1-sarmiento-river_3_3JPXN3nAOm.html

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