La negociación parecía caída, pero una reunión clave con el flamante jefe de Gabinete,Guillermo Francos, junto a Victoria Villarruel despejó el escenario.
Tras la intervención de Francos, el oficialismo consiguió dictamen en el Senado
Después de una jornada de extrema tensión y especulaciones -que obligó al oficialismo a pasar a un cuarto intermedio del plenario de comisiones por la Ley Bases y el Paquete Fiscal- el flamante jefe de Gabinete, Guillermo Francos, llegó al Senado entrada la noche para destrabar la negociación y media hora después salió con el acuerdo para dictaminar ambas leyes.
El primer paso se consiguió después de un mes de debate. Con las últimas firmas agregadas, más las que se terminarán de concretar en los próximos días, el dictamen está garantizado. De hecho el vocero presidencial, Manuel Adorni, lo tuiteó minutos después de que Francos saliera del Congreso.
Ajustadísimos con los números, dependían de aliados clave que se negaban a poner el gancho. La Libertad Avanza necesitaba que la mitad más uno de los miembros de cada una de las tres comisiones firme algún proyecto, cualquiera, pero que aporten una firma, que se expresen sobre el tema. Las tres comisiones suman 53 miembros. Necesitaban que haya 27 firmas y La Libertad Avanza solo tiene 3. Por eso, Unión por la Patria -que tiene 22 legisladores en las comisiones- no presentó un dictamen de rechazo. Para no ayudar al Gobierno a alcanzar esa cifra.
Los libertarios dependían, exclusivamente, del resto del PRO, la UCR y las bancadas federales. Esta mañana, el Ejecutivo había circulado un nuevo texto con los retoques finales. Algo que exigían los bloques dialoguistas. No querían firmar sobre compromisos de palabra, sino con la redacción definida. Sin embargo, el nuevo texto no había terminado de convencer a algunos.
Así las cosas, el titular de la comisión, Bartolomé Abdala, empezó a circular el dictamen para la firma y viendo que no llegaban pidió un cuarto intermedio, que nadie sabe si ahora finalmente se va a retomar algún día. Pero nadie se fue.
Las principales espadas legislativas fueron llamadas al despacho de Victoria Villarruel, donde los esperaba Francos. Después de eso, se sumaron las firmas de la legisladora PRO Guadalupe Tagliaferri -que se llevó el compromiso de que en Diputados el oficialismo no va a insistir con el texto original de la norma- y del entrerriano Edgardo Kueider (Unidad Federal) que había presentado 28 pedidos de cambios y se negaba a firmar, pero cambió de opinión. Ambos firmaron en disidencia.
El santacruceño José María Carambia fue la otra llave que se sumó a último momento. El legislador había presentado a principio del día una nota lapidaria adelantando que firmaría un dictamen aparte. «Teniendo en cuenta que el dictamen no incluye ninguna de las propuestas solicitadas y que estas se indicaron con motivo de que considero que algunas cuestiones específicas del proyecto deben mejorarse, venimos trabajando en la elaboración de un dictamen propio que se presentará oportunamente», aseguró.
Carambia exigía que se aumenten las regalías mineras al 15%. Francos aceptó incrementarlas del 3% al 5%. El santacruceño terminó firmando directamente el texto del oficialismo, aunque en disidencia. Mientras tanto, el radical Martín Lousteau aseguró que firmará dictamen propio. Pero lo presentará la semana que viene.
Eso desató una interna dentro del radicalismo. «Si su dictamen busca aumentar jubilaciones, resolver fondo de universidades, ¿nosotros cómo quedamos firmando el del oficialismo?», señaló, con lógica, un compañero suyo de bancada. Lousteau no es un senador más, es el presidente de la UCR Nacional.
El radical Maximiliano Abad, al cierre de esta edición, no había firmado ninguno de los dictámenes. El oficialismo con esta decisión mostró que estaba dispuesto a apurar el dictamen y seguir negociando de cara al recinto. Porque con este dictamen, que cosecha disidencias, no tiene aún garantizado los votos para el recinto.
El oficialismo sumó numerosos cambios al proyecto. Entre ellos, volvió a incorporar el diferencial del 22 % de Ganancias para los patagónicos, reincorporaron el Monotributo Social, y le pusieron más límites al blanqueo.